Un espacio para la discusión informada en torno al impacto de las políticas públicas

lunes, 30 de abril de 2012

Elecciones, apatía y experimentos: ¿cómo convencer a los abstencionistas?





La participación electoral ha mostrado una tendencia negativa durante los últimos años. Este fenómeno puede explicarse por el hecho de que a varios grupos de población no les interesa o no saben participar en los procesos electorales. 


Barack Obama, hoy presidente de Estados Unidos, fue el candidato que mejor entendió este fenómeno y basó su precampaña y campaña en movilizar la mayor cantidad de votantes apáticos mediante todas las herramientas tecnológicas y humanas a su alcance. Esta estrategia se ha tratado de imitar en varios países dado el gran éxito que tuvo. Desafortunadamente, varias de estas copias sólo se han enfocado realizar spots comerciales, anuncios espectaculares o páginas de internet, Facebook o Twitter similares a los utilizados por Obama. Sin embargo, el éxito de la "Obamanía" es que se concibió como una estrategia integral de mercado para identificar mayores rendimientos de la movilización y no acciones aisladas.



Donald Green y Alan Gerber son dos de los investigadores norteamericanos que han demostrado la efectividad de distintas estrategias de movilización para el caso de Estados Unidos. En su libro Get Out the Vote! los autores analizan con rigurosidad científica el impacto y la eficacia de las campañas puerta a puerta, llamadas telefónicas, correo directo, y otras tácticas de campaña. Basados en experimentos sociales en más de una docena de estados de la Unión Americana, Green y Gerber muestran que los jefes de campaña y asesores políticos cometen errores estratégicos al enfocar sus esfuerzos en acciones con rendimientos electorales bajos. Según su evidencia, las campañas de tierra en donde se busca a los votantes indefinidos puerta a puerta o con la distribución de panfletos tienen mayor efecto que las llamadas telefónicas, el correo tradicional o el correo electrónico. En sus palabras, "Muchos votantes potenciales sólo necesitan un empujón para motivarlos a votar mediante invitación personal, lo que hace toda la diferencia."



Esta experiencia y evidencia ha sido puesta en marcha por los encargados de la campaña electoral de François Hollande, el candidato del Partido Socialista y el Partido Radical de Izquierda en Francia. Hollande podría convertirse en el siguiente presidente francés si vence en segunda vuelta a Nicolas Sarkozy, presidente en funciones y candidato del UMP. Según se relata en el en el artículo “The American Connection” de la revista Slate, el equipo de Hollande incluye a un grupo de tres jóvenes que estudiaron en la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard y MIT, quienes han desarrollado una estrategia para movilizar a cinco millones de electores durante la elección gala. Guillaume Liefeys, Arthur Muller y Vincent Pons utilizaron lo aprendido durante sus cursos de evaluación de impacto con Esther Duflo y la experiencia de Green y Gerber para diseñar una campaña de movilización que puede darle el triunfo a Hollande.

Después de estudiar en Massachusetts y participar en la campaña de Obama en 2008, Liegey, Muller, y Pons volvieron a Francia con la idea implementar estrategias electorales similares a las que observaron. Su objetivo no era hacer imitación burda de elementos decorativos, frases o páginas de internet similares a las del primer presidente afroamericano (i.e. el póster copiado por Ernesto Cordero durante la campaña interna panista) sino diseñar estrategias de movilización efectivas. Para demostrar tal efectividad requerían evidencia causal, tal como la encontrada por Green y Gerber.

Los “bostonianos”, como se les conoce, se acercaron en 2009 al líder de los socialistas en la región París para implementar un experimento durante las elecciones regionales de 2010. El dirigente regional les proporcionó 80 activistas del partido para realizar su intervención: 


Los jóvenes franceses identificaron ocho zonas parisinas, siete suburbanas y un distrito urbano, que históricamente habían presentado altos índices de abstencionismo y que podrían identificarse con un partido de izquierda dadas sus características sociodemográficas. Una vez identificadas las zonas, los jóvenes estrategas ubicaron edificios donde vivían los posibles votantes y seleccionaron aleatoriamente 675 de ellos para que recibieran una visita de los activistas y otros 675 edificios sin la visita. En total, el grupo de control y de tratamiento incluyó aproximadamente a  24,000 votantes registrados. Liegey, Muller, y Pons descubrieron que el esfuerzo de movilización había tenido el efecto deseado. En las zonas donde se enviaron a los activistas, los candidatos de izquierda obtuvieron el 35.9 por ciento de la votación, mientras que en las zonas de control el resultado fue de 31.8 por ciento. Es decir, casi cuatro puntos de diferencia, que podrían ser cruciales al final de una contienda presidencial. Un análisis más detallado mostró que el efecto de esta movilización fue mucho mayor para el caso de votantes no nacidos en Francia, quienes respondieron con mucho mayor fuerza al entender dónde votar y cómo hacerlo.

Basados en la evidencia de la elección local, la apuesta del equipo de Hollande es lograr una mayor participación de los más marginados en la elección presidencial para lograr el triunfo. Para ello, construyeron un padrón de 700.000 activistas con el objetivo de que visitaran 5 millones de hogares con el mayor índice de potencial de movilización a favor de Hollande. Este índice fue construido para cada uno de los 60,000 centros de votación utilizando nivel de histórico de  abstención y la fracción de votos obtenidos por la izquierda desde 1998. Hasta el viernes pasado, los activistas habían cubierto 3.4 millones de electores y esperan cubrir la totalidad de los centros de votación antes del 6 de mayo, cuando se lleve a cabo la segunda vuelta contra Sarkozy. A diferencia de lo que se hizo durante la campaña de Obama en donde se pidió el voto directo al candidato, los voluntarios preguntan a la gente si ya conocen a los candidatos y después les dicen el por qué Hollande puede representarlos mejor. En una elección que se antoja cerrada, es previsible que este esfuerzo sea el que llegue a darle la victoria al candidato de izquierda.

En México el PRD llevó a cabo una estrategia similar durante la elección de Cuauhtémoc Cárdenas al gobierno del DF en 1997 con las llamadas “Brigadas del Sol”. En 2000, Vicente Fox organizó los “Amigos de Fox”, quienes movilizaron el voto a favor del candidato del PAN en todo el territorio nacional. En 2006, la estructura magisterial pudo ser la diferencia que le dio el triunfo al PAN. 


En la elección presidencial vigente ninguno de los candidatos del PAN o PRD ha mostrado un esquema de movilización, y si existe no se nota atractivo o bien organizado. A justo dos meses de la elección, parece poco probable que alguna de estas opciones logre capturar la atención de los votantes indefinidos o que no piensan participar en la elección. Por el contrario, el candidato del PRI parece ser quien mejor ha entendido cómo hacer un mejor análisis del mercado electoral y está implementando estrategias diferenciadas en cada región del país, donde seguramente hará movilizaciones con su “Fuerza Mexiquense”.

domingo, 22 de abril de 2012

Bancarización por Celular: La Revolución Keniana


La semana pasada se dio a conocer una alianza entre Banamex, Inbursa y Telcel que puede ser el parteaguas de los servicios financieros en nuestro país. El jueves 19, las tres compañías anunciaron la puesta en marcha de “Transfer”, una plataforma en la que se pueden realizar transferencias, depósitos y retiros de efectivo mediante el envío de mensaje de texto desde un celular. De acuerdo con la descripción, los usuarios de la telefonía móvil Telcel (7 de cada 10 en México) pueden crear una cuenta bancaria al marcar *4040. Una vez creada, podrán depositar dinero y realizar pagos desde cualquier equipo móvil mediante un mensaje de texto a otro número celular. Los usuarios pagarán por este servicio un peso en el caso de pagos comerciales y siete por enviar una clave para realizar retiros en cajeros automáticos, más el cargo del mensaje que cobra de manera independiente Telcel.


Esta innovación tecnológica puede ser de la herramienta que facilite la universalización de los servicios financieros en México. Hoy en día, menos de 20 millones de personas son clientes bancarios, mientras que existen más de 90 millones de líneas celulares. Esto significa que existe un gran potencial para incrementar el número de usuarios de servicios financieros que, por razones históricas y desconocimiento, no aprovechan sus ventajas. La tecnología móvil puede ser el vehículo que facilite el conocimiento de los servicios financieros.
Esta expectativa está basada en la experiencia internacional. Países donde el nivel de bancarización era reducido, pero que tuvieron una gran expansión en la cobertura de la telefonía móvil —condiciones similares a las de México hoy en día—, adoptaron esta tecnología con gran éxito. 


Pero ¿cuál es la evidencia del efecto que tiene esta tecnología en el conocimiento de los servicios financieros? ¿cómo cambian los patrones de ahorro y de consumo de los usuarios? En el documento “Kenya’s Mobile Revolution and the Promise of Mobile SavingsGabriel Demombynes y Aaron Thegeya, ambos investigadores del Banco Mundial, analizan estas preguntas.


Al final de la década de los 90, menos del 3 por ciento de los hogares en Kenia tenían un teléfono, y menos de 1 de cada mil adultos tenía acceso a la telefonía móvil. Sin embargo, la expansión de la compañía Safaricom permitió una gran cobertura de la telefonía en ese país a partir de 1997. Actualmente, 93 por ciento de los hogares de Kenia tienen un teléfono celular, y el 73 por ciento usa la plataforma M-PESA, similar a Transfer. Safaricom tiene la participación de mercado más grande en Kenia (aproximadamente el 75%), por lo que existen condiciones de mercado similares a las que tenemos en México. 
El dinero móvil se ha convertido en un referente en la vida de los kenianos, que se extiende una forma básica de acceso a servicios financieros. Las plataformas móviles de dinero se han desarrollado desde el inicio y han entrado en una nueva fase con la llegada de bancos integrados móviles productos de ahorro.


Según los autores, M-PESA ha acelerado la bancarización keniana, pues del 73 por ciento del total de adultos que tiene una cuenta de dinero móvil, la cuarta parte lo utiliza todos los días. Asimismo, 66% del total los usuarios utilizan su cuenta celular para ahorrar. Un análisis de regresión muestra que tener una cuenta M-PESA está correlacionada con alguna actividad de ahorro en 32 por ciento.


¿Pero por qué la gente ahorra con M-PESA, a pesar de que no genera los intereses? Según uno de los autores, esta tecnología facilita la "contabilidad mental" del ingreso. Esto limita el consumo de otros bienes a sabiendas de que los fondos se asignaron mentalmente para el ahorro. Es decir, se ahorra en el corto plazo para comprar algún bien de uso no duradero en el futuro cercano.
El éxito de M-PESA ha inspirado esfuerzos para ir más allá del simple almacenamiento de dinero sin intereses y proporcionar una "banca sin sucursales" con servicios adicionales a través del teléfono móvil. Los autores analizan nueva evidencia de productos financieros más sofisticados. En particular, de “M-Kesho”, una cuenta de ahorros que devenga intereses, permite acceder a microcréditos y a seguros de accidentes personales. Sin embargo, hasta ahora es muy temprano para conocer la respuesta de clientes a estos productos.


En cualquier caso, la evidencia científica del efecto que tiene esta tecnología está construyéndose. Este es el momento para analizar cómo diseñar los productos financieros que mejor satisfagan a los clientes mexicanos. Idealmente se necesita evidencia experimental que arroje información clara sobre ello, pero no hay lugar a dudas de que Transfer puede marcar un antes y un después de los servicios financieros para la población de los deciles de ingreso más bajos en nuestro país. Ello, sin necesidad de una burocracia que exija cuotas o votos.  

domingo, 15 de abril de 2012

Informalidad y Seguro Popular: Mitos y realidades


Las crisis económicas de los años 80 y 90 en los países de América Latina, tuvieron como respuesta de política pública la creación de sistemas de protección social para garantizar un ingreso mínimo y acceso a servicios de salud de la población vulnerable. En el caso particular de México, este sistema se fue formando por dos pilares: Oportunidades y el Sistema de Protección Social en Salud, materializado en el Seguro Popular. En el primer caso, el programa cubre hoy en día a casi 20 por ciento de la población, fundamentalmente la más pobre. En el segundo caso, el sistema permitirá lograr la cobertura universal de salud al finalizar el presente año.
Esta gran expansión ha dado a lugar a una discusión en torno a los efectos que el sistema de protección social ha tenido en el mercado laboral. La crítica principal es que dicho sistema, fundamentalmente el componente del Seguro Popular, está inhibiendo la creación de empleos formales en la economía y por tanto incrementando la informalidad. Esta tesis ha sido fundamentada y defendida por Santiago Levy en su libro "Good Intentions, Bad Outcomes" (Brookings (2008).
El candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña, ha retomado este argumento para proponer la creación de un sistema universal de seguridad social y financiarlo a partir de la implementación de impuestos generalizados: “con la intención de atender a quienes no tienen seguridad social se han creado programas, como el Seguro Popular, que no han logrado traducir el empadronamiento de beneficiarios en efectiva prestación de servicios y han fragmentado, aún más, el sistema de salud y la política social. Además, como lo ha explicado Santiago Levy en diversos artículos, la coexistencia de dos esquemas de protección social fomenta la economía informal. Por un lado, se cobran cuotas a los trabajadores y a las empresas del sector formal para financiar a las instituciones de seguridad social, lo que en la práctica se traduce en impuestos al trabajo que llegan a alcanzar hasta el 35% del salario de un trabajador. Por el otro, se subsidian, con impuestos generales, programas sociales para los no derechohabientes, como el Seguro Popular, lo cual desincentiva el empleo formal (El Universal, 26 de julio de 2010).
La idea de crear un sistema de seguridad social universal financiada con impuestos generales no es nueva (CIDAC (2005)). Sin embargo, no existe evidencia el argumento de que el sistema de protección social mexicano es la razón del aumento de la informalidad. De hecho, la composición de empleo formal e informal de la economía cambio sustantivo durante los últimos lustros.
Un trabajo que muestra que la poca evidencia respecto del efecto que tiene el Seguro Popular en la informalidad es “Informality and the Expansion of Social Protection Programs: Evidence from Mexico” de Oliver Azuara y Ioana Marinescu. Los autores analizan el impacto del Seguro Popular en la informalidad utilizando regresiones de tipo panel a nivel municipal. De acuerdo con sus resultados, el Seguro Popular no aumentó significativamente la informalidad, y este resultado es robusto para varias definiciones de la informalidad. Utilizando una definición básica —no tener seguro médico formal o ser trabajador por cuenta propia—, el aumento que se registró es del orden de un punto porcentual y no es significativo sobre el conjunto de la población empleada. Los autores restringen la muestra a los trabajadores con menos de nueve años de escolaridad y encuentran que el Seguro Popular incrementó la informalidad 0,9 punto porcentual (60% de los trabajadores son informales en este grupo). Este aumento es menor si la muestra se restringe aún más y sólo se analiza a los trabajadores casados con hijos y mayores de 34 años de edad. Según Azuara y Marinescu, la heterogeneidad en el impacto se explica probablemente por el hecho de que algunos trabajadores son más sensibles a la disponibilidad de seguro de salud al momento de decidir trabajar de manera formal o informal. Este efecto neto tan pequeño sugiere que los trabajadores no eligen entre un trabajo formal y otro informal basadas en la disponibilidad de seguro de salud.
Los autores también analizan los efectos de la introducción del Seguro Popular en los niveles salariales de los trabajadores formales e informales y tampoco encuentran algún efecto significativo. Esto es consistente con el efecto en la fuerza laboral. Finalmente, los autores analizan el efecto que la expansión de Oportunidades zonas urbanas durante el mismo período que el Seguro Popular, y examinan los dos programas juntos. Según sus resultados, Oportunidades no tiene un impacto significativo en la informalidad, y el control de la introducción de Oportunidades no afecta los resultados del Seguro Popular. En suma, la cobertura universal de salud tiene una distorsión mínima de las decisiones de oferta de trabajo.
Este trabajo sugiere que el problema de la informalidad se encuentra las serias deficiencias que tiene la formación del capital humano (salud y educación) así como las restricciones impuestas por la regulación laboral mexicana. Es erróneo argumentar que el sistema de protección social que se ha creado a lo largo de los últimos 15 años es la razón de la informalidad, cuando es la estructura económica la que impide la generación de empleos formales. 
La informalidad es la salida que la gente común encuentra para insertarse en el mercado laboral (principalmente jóvenes y mujeres), pues las reglas actuales del mercado formal les impide participar en él. El mercado laboral formal fue diseñado para una economía completamente diferente a la que tenemos hoy en día, y por tanto se requiere cambiarlo.
Resulta indispensable discutir las alternativas que mejoren los sistemas de seguridad social en México. Es urgente cambiar la estructura de funcionamiento de lo sistemas que permitan reducir los costos administrativos y mejorar los servicios. Los retos de estos sistemas en el futuro cercano serán enormes y necesitamos modificarlos. Sin embargo, no debemos utilizar falsos argumentos que distraigan la discusión. 

martes, 10 de abril de 2012

Toma II: ¿Sirven los programas para formalizar micro-negocios?


Dada la relevancia que tiene el tema de la informalidad, haremos una revisión de la escasa evidencia con la que se cuenta para el caso mexicano. Esta semana y la siguiente haremos referencia a varios trabajos recientes sobre la indecencia de las políticas públicas en este tipo de empleo.
En cuanto al tema de los incentivos para aumentar la la formalización de micro-negocios informales, hace algunos días Miriam Bruhn publicó el artículo “A Tale of Two Species Revisiting the Effect of Registration Reform on Informal Business Owners in Mexico”, documento de investigación del Banco Mundial.
Bruhn analiza los argumentos que se  han utilizado para explicar la informalidad. Por un lado, el argumento Hernando de Soto en cuanto a que la informalidad tiene su origen en la regulación. A los propietarios de negocios informales les resulta muy costoso llevar a cabo procedimientos iniciales para la obtención de una licencia y los costos de mantenimiento, tales como impuestos y contribuciones a la seguridad social. Por otro lado, existe un enfoque diferente en el cual la informalidad es la opción que utilizan las personas para mantenerse mientras encuentran un trabajo formal. Tokman es quien escribió sobre el tema.
Bruhn explica que la evidencia empírica muestra conclusiones contradictorias. Por ejemplo, La Porta y Shleifer (2008 y 2011) encuentran evidencia del primer enfoque, mientras que Maloney (1999 y 2004) encuentra evidencia del segundo. Bruhn señala que la última evidencia puede apunta a que las empresas informales son heterogéneas y que una combinación de ambos puntos de vista puede ser correcto. Según muestran datos del Encuesta Mundial de Empresas del Banco Mundial, en las empresas informales en Madagascar, Costa de Marfil, y Mauricio, el 62 por ciento de los propietarios de negocios comenzaron su empresa para aprovechar una oportunidad de negocio, mientras que el resto dice que no fueron capaces de encontrar un trabajo satisfactorio en otro lugar.
Para el caso específico de México, Bruhn analiza la implementación del Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE) para identificar la composición de estos dos grupos. Este sistema  fue implementado por el gobierno federal mexicano y entró en vigor el 1 de marzo de 2002. El sistema simplifica los procedimientos locales de registro de empresas. El objetivo de Bruhn es proporcionar evidencia acerca de la existencia de dos especies diferentes de los propietarios de negocios informales. La reforma se llevó a cabo el registro de empresas en municipios diferentes en momentos diferentes, ofreciendo una estrategia de estimación para la identificación de sus efectos sobre la creación de empresas formales y el empleo. En trabajos anteriores, la investigadora  muestra que la reforma aumentó el número de propietarios de negocios registrados y también creó puestos de trabajo adicionales. Este efecto se debió principalmente a los nuevos negocios que se crearon, mientras que los propietarios de negocios informales que existían antes de la reforma no fueron más propensos a registrar su negocio. Es decir, el efecto del programa se debió fundamentalmente a los emprendedores con poca experiencia en el manejo administrativos de empresas.
El documento de Bruhn sigue el enfoque McKenzie y utiliza un el análisis discriminante basado en características personales de los propietarios de negocios informales para separarlos de acuerdo a su potencial para convertirse en propietarios de negocios formales. Este análisis clasifica la mitad de los propietarios de negocios informales como trabajadores asalariados y la otra mitad como dueños de negocios informales.
Según esta clasificación, tras la implementación del SARE, los propietarios de negocios informales de tipo negocio familiar son 14,3 por ciento más propensos a registrar su negocio. Por el otro lado, los negocios informales con asalariados tienen menos probabilidades de convertirse en propietarios formales de negocios después de la reforma. Esto explica la composición del efecto neto de la reforma para el conjunto de todos los propietarios de negocios informales en su conjunto. En decir, los resultados muestran que sector informal está compuesto por diferentes tipos de propietarios de negocios. Algunos operan de manera informal debido a la estricta regulación y simplificar la reglamentación puede atraer a registrar su negocio. El otro tipo son aquellos que llevan a cabo la administración de empresas informales, mientras que están buscando un trabajo y pasar a ser asalariados.
Los resultados de este artículo apoyarían la hipótesis respecto de que la baja productividad agregada en los países en desarrollo se debe, en parte, a la mala asignación de recursos entre empresas y que la normativa vigente. La reforma del registro de empresas permitiría a los individuos una mejor suerte en todas las ocupaciones, promoviendo así la reasignación de los recursos y, potencialmente, incrementar la productividad. Es decir, es posible mejorar la asignación de recursos en la economía con mayor formalización de las empresas.

domingo, 1 de abril de 2012

¿Sirven los programas para formalizar micro-negocios?


La población económicamente activa que recibe ingresos, pero que no contribuye a la seguridad social, es aproximadamente la mitad del total nacional. Este ha sido el nivel ya por varios años, y de no ocurrir algo distinto, es de esperarse que aumente. Los candidatos a la presidencia de la república seguramente harán campaña en torno al tema y prometerán evitar este escenario. Sin embargo, es importante saber si lo que cada uno de los candidatos propone es razonable y, sobre todo, si dichas propuestas tendrían un impacto real.
La evidencia científica respecto de este tema en nuestro país es muy escasa. Existe sin embargo, nueva investigación para otros países. David McKenzie, Suresh de Mel y Chris Woodruff, economistas de la Universidad de Peradeniya, Banco Mundial y la Universidad de Warwick, respectivamente, realizaron un experimento para conocer el efecto de los incentivos en la formalización de las empresas. El documento se titula The demand for, and consequences of, formalization among informal firms in Sri Lanka”.
Como señala McKensie, durante varias décadas el tema de la informalidad ha estado dominado por la visión de Hernando de Soto y su obra “El Otro Sendero”. Según esta, la mayoría de los informales quisieran no serlo, pero la burocracia y la regulación impide que ello suceda. El efecto que ha tenido este enfoque ha originado que parte de las acciones de cada gobierno se califiquen por el Banco Mundial a través del famoso índice “Doing Business”.
Según la visión de Hernando de Soto, una vez eliminados los trámites burocráticos las empresas se registrarán de inmediato. Esto, en el mejor de los casos, suena ingenuo. El supuesto es similar al que se tuvo durante años acerca los programas de entrenamiento para desempleados, cuando se creía que eran la herramienta correcta reducir el desempleo. La realidad mostró que el problema fundamental del desempleo son las características de las personas, quienes generalmente no son atractivas para el mercado laboral, lo que no cambia al tomar un curso de entrenamiento. De igual manera, uno podría pensar que las empresas informales son en sí tan diferentes a las formales que no habría motivo para pensar que se encuentran ávidas de volverse formales. McKensie y sus coautores buscaron evidencia de ello.
Un reto técnico para este tipo de análisis es conocer el marco muestral de la informalidad. Por definición, no existe un listado empresas informales, por lo que definir una muestra representativa parece imposible. La solución utilizada por los autores fue definir bloques geográficos en las ciudades de Kandy y Colombo en Sri Lanka, y luego hacer listado completo de las empresas que se encontraban en dentro de estos bloques. Un reto adicional fue detectar si las empresas estaban dispuestas o no a admitir que eran informales. En realidad, tuvieron el problema opuesto. Algunas empresas que se dijeron informales al inicio del estudio, en realidad eran formales, o al menos cuasi-formales, pues contaban con registros ante las autoridades locales.
Una vez definido el marco muestral, se seleccionaron 520 empresas informales. Cada una fue asignada de manera aleatoria a alguno de los siguientes grupos: control, información, e información con incentivo financiero. En el primer caso, sólo se tomo la información de la empresa. Las empresas del segundo grupo recibieron información sobre el procedimiento a seguir para formalizarse y se les financió el costo de llevar a cabo el trámite. Finalmente, las empresas del tercer grupo recibieron la información, el costo del trámite y un incentivo económico para formalizarse, el cual varió entre 10.000, 20.000 y 40.000 rupias de Sri Lanka (unos 88 dólares EE.UU., $ 175 y $ 350, respectivamente) para inscribirse.
Los resultados del estudio muestran que la información y pagar el costo de la inscripción no tuvo ningún impacto sobre la formalización de las empresas. En tercer grupo, las empresas a las que se les ofreció entre 10.000 y 20.000 rupias aumentaron su registro apenas entre el 17 y el 22 por ciento. La mitad de aquellas que recibieron 40.000 rupias se registraron (48 por ciento). Esta transferencia equivale a la mitad de los ingresos de un mes de una empresa mediana de la muestra.
Se hicieron tres rondas de encuestas para dar seguimiento y medir el impacto que, en su caso, la formalización estaba teniendo en las empresas. Estas fueron hechas 15, 22 y 31 meses después del inicio de la intervención. Los autores encuentran aumentos en las ganancias medias de quienes se registraron. Este resultado parece ser determinado por un grupo de empresas más grandes. Es decir, la mayoría de las empresas no experimentaron un aumento de sus ingresos al volverse formales.
En suma, los autores encuentran poca evidencia acerca de los beneficios que teóricamente les representaría a las empresas volverse formales tales como obtener un crédito, participar en los programas de gobierno, u obtener contratos del gobierno. Sin embargo, encuentran que la formalización de las empresas les permitió realizar campañas publicidad, llevar mejor contabilidad, y tener más confianza en el gobierno local.
Con base en estos resultados podemos decir que no hay soluciones mágicas para el tema de la informalidad. El no contar con una población educada y con servicios financieros eficientes hacen imposible tener un campo fértil de nuevas empresas.