Los
últimos procesos electorales locales y la próxima elección federal han traído
al centro del debate la participación activa del crimen organizado en ellos. La
escasa evidencia científica con la que se cuenta hasta ahora muestra que el
problema no sólo es la participación de criminales en la competencia electoral,
sino el aumento de la violencia luego de procesos electorales muy competidos.
Melissa
Dell, candidata al doctorado en economía por el Instituto Tecnológico de
Massachussetts (MIT, por sus siglas en inglés), analizó el incremento de la violencia
en México a partir de 2007. En el documento “Trafficking Networks and the
Mexican Drug War (mimeo, 2011)” la economista analiza la interacción de
los objetivos económicos de los narcotraficantes y la política antidrogas
implementada por las autoridades mexicanas federales desde 2007.
El
documento está dividido en tres partes. En la primera analiza los determinantes
electorales del aumento de la violencia. El segundo muestra el efecto que tiene
el cambio de rutas de los narcotraficantes. La última parte analiza relación de
los determinantes políticos y el cambio de rutas con respecto a los recursos
dedicados al combate al crimen organizado.
La
primera parte del estudio está basada en un modelo de regresión
discontinua en donde se comparan elecciones municipales donde el Partido Acción
Nacional (PAN) ganó o perdió por un margen menor al 5 porciento. Dell encuentra
que luego de un proceso electoral municipal muy cerrado entre un candidato del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del PAN, la violencia incrementa
sustantivamente cuando gana el panista. Caso contrario, al ganar un presidente municipal
del PRI, no se registra un aumento importante de la violencia en el periodo
posterior a la elección. La medida de violencia está basada en el número de
muertes violentas ocurridas en el municipio. En sus palabras, en los municipios
donde se elige a un presidente municipal del PAN la violencia que sigue a la
elección “incluye individuos envueltos en el tráfico de drogas y que se
enfrentan entre ellos. La evidencia empírica sugiere que la violencia refleja
los intentos de bandas rivales para hacerse del control de los territorios una
vez que los nuevos alcaldes del PAN desafían a las bandas que controlaban el
territorio”.
En
la segunda parte del documento, Dell desarrolla un modelo para predecir el
desvío de rutas para el tráfico de drogas ante triunfos municipales del PAN.
Según sus resultados cuando el tráfico de drogas se desvía a otros municipios
como resultado del cambio de alcaldes, la violencia en los municipios a los que
se desvía el tráfico de drogas aumenta en forma significativa. Como
corroboración de estos resultados encuentra que la participación laboral femenina
y los salarios del sector informal en estos municipios disminuyen. Finalmente,
el estudio utiliza el modelo de tráfico de drogas y los efectos indirectos
estimados para examinar la asignación de los recursos destinados al combate a
la criminalidad. Sus resultados muestran cómo los objetivos de los narcotraficantes
y limitaciones económicas impuestas por las rutas de la red afectan “los
resultados de la política contra las drogas en México”.
La
investigación de Melissa Dell se ha convertido en una nueva referencia para analizar
el fenómeno de la violencia que se ha incrementado en México durante los
últimos años. Sin embargo, existen varias interrogantes que están fuera del
alcance de los datos analizados por ella. Por ejemplo, la clasificación de
asesinatos atribuidos al crimen organizado utilizada por las autoridades
mexicanas. Para ello se utiliza la información recabada por los ministerios
públicos y la información contenida en las actas de defunción. Esta
clasificación tiene problemas de medición que pueden tener otras implicaciones
en los resultados. Por ejemplo, la aparición de un cadáver con una cartulina se
clasifica inmediatamente como muerte violenta relacionada con el crimen
organizado sin que exista una investigación del ministerio público que lo verifique.
En consecuencia, es válido preguntarse si la mayor competencia electoral podría estar desatando violencia general
clasificada como parte del crimen organizado sin que exista certeza acerca de
ello.
En
suma, “Trafficking Networks and the
Mexican Drug War ” es el documento académico que mejor ha
desarrollado un argumento teórico y una estrategia econométrica innovadora para
analizar el incremento de la violencia en México. Los errores de medición de
los datos debido a ausencia de investigaciones por parte de los ministerios
públicos no invalidan estos resultados. Sin embargo, estos problemas abren
nuevas interrogantes sobre la evolución que tendrá el fenómeno. Por ejemplo,
¿cuál es el efecto de esta violencia en la participación política? ¿Podríamos
esperar una gran desmovilización electoral en los próximos años? De ser así, ¿a quién beneficia
esta desmovilización? Estas y otras preguntas sin duda requieren mucho mayor
análisis y reflexión.
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