La revista Nexos presenta en su número de mayo un
artículo sobre un nueve reformas específicas que México requiere para mejorar
su desempeño en varios órdenes. Nueve autores, incluidos Juan Ramón de la
Fuente, Pedro Aspe, Jesús Reyes-Heroles, Roberto Newell, Alejandro Hope, Juan
Pardinas, Jana Palacios, Miguel Székely y Oliver Azuara hacen propuestas
concretas para mejorar el desempeño público. Esto incluye mejorar la educación,
eliminar subsidios regresivos, desamarrar a Pemex, abrir la Comisión Federal de
Electricidad, castigar la violencia, acercar al Ejército a la vida civil, que
los gobiernos compren bien, universalizar la protección social e invertir en un
grupo relativamente olvidado por el gasto público: los bebés.
Este último tema es
crucial para entender la formación del capital humano en nuestra sociedad. La
falta de una atención integral durante la primera infancia explica en
gran medida porqué los individuos tienen una baja productividad al momento
de ser adultos y por tanto, son más proclives a vivir en condiciones de pobreza. Es
decir, gran parte del por qué México tiene elevados niveles de pobreza,
desigualdad e informalidad tienen su raíz en la primera infancia. Con
autorización del autor, se presenta a continuación el contenido del texto “Invertir
en la Primera Infancia”.
La salud y productividad
de los individuos se definen en gran medida durante la gestación y los primeros
años de vida. Existe evidencia
científica donde se demuestra que las capacidades cognitivas, las socio-afectivas
y la salud se forman durante este periodo: el funcionamiento del cerebro adulto
y el proceso de formación de habilidades están influenciadas por una
interacción entre la información genética y la experiencia individual durante el
embarazo y la primera infancia.[1] Ello explica por qué la
pobreza es un fenómeno intergeneracional, pues cuando la madre tiene una salud
precaria durante su embarazo o cuando hay carencias durante la primera infancia,
es muy probable que el infante no llegue a desarrollar las capacidades que le
permitan no ser pobre al llegar a su vida adulta. Este niño a su vez es muy
probable que repita el esquema con sus propios hijos. Por tanto, una reducción
efectiva de la pobreza necesita de la atención de las nuevas generaciones desde
la gestación. Los beneficios de estas inversiones no se ven de manera
inmediata, pues se requiere que los niños crezcan, se eduquen y eventualmente
se vayan incorporando a la fuerza laboral.
El entorno del hogar
tiene un papel crucial en la formación de habilidades. Dentro de él se
determina la cantidad de recursos –tanto financieros como humanos– que se invierten en los niños y su desarrollo.
Existen muy pocas alternativas para promover la estimulación los menores, pues la
responsabilidad recae fundamentalmente en los miembros del hogar al que
pertenecen. Cuando un niño no recibe estimulación cognitiva y no cognitiva, su
capacidad analítica y desempeño escolar en etapas posteriores tienden a ser muy
deficientes. Es decir, el buen éxito académico y profesional futuro no sólo
depende de los recursos financieros destinados a los menores durante su primera
infancia sino la existencia de estímulos dentro del hogar.[2]
Los efectos de un embarazo
no cuidado y una primera infancia con carencias nutricionales, afectivas y de
salud no pueden revertirse en etapas posteriores de la vida. Las inversiones de
capital humano son las más efectivas –particularmente en los niños de los
hogares más pobres– que cualquier otra intervención posterior durante la
adolescencia o juventud. Incluso, se ha demostrado que es posible disminuir los
niveles de criminalidad en la edad adulta –cuyo costo fiscal es muy elevado– con
acciones preventivas durante la primera infancia. [3]
Esta evidencia científica
nos indica que las expectativas para la población mexicana no son muy
alentadoras. Dos son las razones fundamentales. En primer lugar, la dinámica
demográfica muestra que hoy en día la mayoría de los niños están en hogares con
menos integrantes y con menores ingresos. La calidad de la atención brindada a
los infantes mexicanos, en promedio, está siendo afectada por dos vías. Por un
lado hay menor atención y por tanto menor estimulación en el hogar. Por otro
lado, al tener menor cantidad de miembros en el hogar, una mayor proporción
–principalmente las jefas de hogar con menores niveles de ingreso– deben salir
a buscar de actividades remuneradas con objeto de satisfacer las necesidades
materiales del hogar. En suma, una proporción creciente de niños están naciendo
en la pobreza con los entornos familiares desfavorables.[4]
La segunda razón se
refiere a la organización del gasto público destinado a la primera infancia. México
invierte muy poco en servicios enfocados en edad preescolar en comparación con otras
edades. La mayoría de los recursos públicos se dedican a la educación primaria
y secundaria, aunque la demanda por servicios de educación media y media
superior ha ido en aumento y así seguirá durante los próximos años.[5] Esto significa que el
gasto público educativo es ineficiente, pues no se invierte en las edades que
tendrían los mayores retornos futuros a un menor costo. Es decir, políticas públicas
vigentes dedicadas a la primera infancia están promoviendo la desigualdad social
de las próximas generaciones.
Una estrategia efectiva
de atención a la pobreza se implementó en nuestro país desde los 1990s por
medio de Progresa-Oportunidades. Este programa se diseñó para atender las
diferentes etapas de la infancia, con menor importancia en la primera infancia.
Oportunidades se enfoca en salud y nutrición, y más tarde en la vida en la
escuela. Sin embargo, los efectos del programa sobre el desarrollo cognitivo
han sido limitados. Esto puede ser debido al hecho de que no ha habido una
fuerte componente de desarrollo cognitivo en los primeros años de vida. Asimismo,
este programa es principalmente rural y semi-urbano, dejando de lado las
ciudades más importantes en donde la mayoría de las mujeres jefas de hogar
carecen de una red de atención para sus hijos.
Progresa-Oportunidades convirtió
a México en un gran innovador de política social efectiva enfocada en la
formación de capital humano. Sin embargo, el país perdió este liderazgo,
particularmente en lo que respecta a la primera infancia. Otros países de
América Latina incluidos Chile, Colombia e incluso Ecuador han desplegando
acciones específicas para lograr la atención universal de la primera infancia. México
debe mejorar su agenda social y lograr mejorar la calidad de la atención a los
infantes.
El país ha desarrollado
una gran capacidad de servicios públicos, con lo cual varias de estas acciones
no tendrían un costo fiscal elevado. Algunas alternativas de política pública
puede ser:
Cartilla electrónica de
vida. La implementación en 1983 de la Cartilla Nacional de Vacunación fue un
gran paso para lograr la erradicación de la poliomielitis, difteria, sarampión
y controló tosferina y tuberculosis. Esta cartilla podría evolucionar y convertirse
en una herramienta más efectiva que utilice las nuevas tecnologías para tener
información crucial que permitan su atención temprana, que incluye:
- Registros biométricos desde la gestación
- Registro biométrico de las madres para esta atención para detectar problemas congénitos y problemas prevenibles.
- Registro de datos biométricos de nacimiento
- Registro de vacunación
- Registro de resultados de las revisiones pediátricas en el primer año de vida
- Registro de resultados de pruebas para estimulación temprana
- Completar una Red Nacional de Bancos de leche materna. Se requiere acelerar la formación de una red nacional de leche materna donde se facilite su intercambio que asegure su provisión durante los primeros tres meses de vida a todos los niños del país.
- Completar y homologar la red del programa de guarderías implementado por el gobierno federal con la participación de los gobiernos municipales.
- Reconversión de escuelas primarias en zonas urbanas con menor demanda por educación primaria para dar cobertura a la atención preescolar.
- Registro obligatorio a preescolar donde se utilice el esquema preventivo Consulta Segura del Seguro Popular.
- Detección temprana de niños abusados y con padres que sufren problemas de drogadicción y alcoholismo.
- Desayunos para niños de preescolar.
El texto completo en Nexos lo puede econtrar aqui.
Gracias a México Evalúa y a nexos por esta información.
ResponderEliminarAtenodoro Ruiz Rosas